Biografía de un soñador: Historias afrodescendientes
Conozca a Jan André y su historia sobre ser afrodescendiente en Costa Rica.
Mi nombre es Jan André Solano Hurtado y tengo 21 años. Soy un joven extrovertido, carismático y que siempre busca aprender nuevos conocimientos. Nací y crecí en Puerto Limón, en Costa Rica, he vivido en diferentes barrios como Corales II, Pacuare y Cieneguita, siendo este último donde estoy actualmente.
Tuve una niñez difícil y crecer rodeado de tanta maldad es lo que me ha hecho ver lo que no quiero ser, es lo que me ha dado la fuerza de sobresalir entre la realidad de un joven afro de barrio.
Muchas personas me han marcado y ayudado a superarme: mi familia, mi novia ha sido un pilar importante en este últimos año y medio, mi gran amigo y presidente del UNIA en Limón don Winston Norman, mi amigo de la infancia Keiner Cortés que siempre se preocupa que esté bien, Alfredo y Mario Madrid, que me han alentado en todo lo que he hecho, actualmente mi compañera de trabajo Priscila Scott, que me alienta y enseña a ser mejor, mi maestra de kínder que me acogió en su hogar durante un año, cuando mi madre no pudo hacerse cargo de mí, entre muchas personas más.
En todo este tiempo he aprendido a que no debo velar solo por mí, sino también por los que están a mi alrededor, como dice el dicho: si no vivo para servir, no sirvo para vivir.
Por motivos laborares y de estudios resido en la capital, en San Pedro de Montes de Oca, para ser exactos, donde estudio Educación Primaria en la Universidad de Costa Rica (UCR) y trabajo como Asistente del Comisionado Presidencial para Asuntos de la Afrodescendencia y soy colaborador en temas de la Afrodescendencia en el despacho de la Primera Vicepresidencia de la República, Epsy Campbell. También soy el Secretario de Juventud en la Universal Negro Improvement Association (UNIA) y coordinador de Costa Rica ante la Organización Negra Centroamericana (ONECA).
Mi madre es nacida en Nicaragua, pero desde apenas meses de vida se nacionalizó costarricense, mi padre es oriundo de Limón, pero nacido en la capital. De mi abuelo y abuela paterna no sé mucho. Entiendo que mi abuelo, que en paz descanse, fue puesto en adopción de pequeño y sus orígenes se desconocen. De los maternos, sé que son provenientes de nuestro país vecino al Norte (me contó una vez mi abuela materna, que lo que ella recuerda de sus antepasados es que su bisabuelo, era un cubano negro alto y que era bueno con ella).
Muchas veces he experimentado la discriminación por ser negro, desde ser detenido arbitrariamente por la policía, seguido en supermercados por los guardas, hasta que me griten “cállese negro, mejor vaya junte caña”.
Una anécdota lamentable (pero que ahora me da gracia), fue una vez que estaba en la playa de Cahuita con unos compañeros de la U, todos de tez clara menos yo, ellos estaban tomando cerveza y uno fumando cigarro y yo estaba comiéndome un helado, pero llegó la policía y solo a mí me revisaron, hasta el punto de sacar todo lo del bolso y hasta destapar el desodorante, ese mismo día de regreso, en el puesto fronterizo de Cahuita, los policías detuvieron el bus, atrás íbamos, un niño negro como de 12 años, mi compañero y yo, los 3 policías que se montaron uno tras otro, nos revisaron solo al niño y a mí. Al final, el racismo se lucha también desde la mente, pensando que uno es mejor que ellos, no en un mal aspecto, sino como persona.
Yo también tengo un sueño. Sueño con ser marino. Pero ahora que he tenido que cambiar de estudios por una serie de adversidades, me visualizo como uno de los mejores maestros del país.
A finales del año 2018, luego de que saliera a la luz diversos problemas que enfrentaba mi carrera universitaria, Marina Civil en la UCR, me decepcioné al saber que tanto esfuerzo que desde el año 2017 puse de mi parte, había sido en vano. Así que trabajé duro en tratar de conseguir el dinero para irme a Panamá, hacer el examen de admisión en la Universidad Marítima de Panamá y poder continuar con mi anhelo de ser marino ¡Y lo logré! Pasé el examen de admisión, de 300 prospectos solo logramos entrar 30. Lastimosamente, un mes antes de iniciar la universidad, en marzo del año 2019, se me negó una beca de estudios que había solicitado que supuestamente se me daba por asegurada y caí en una depresión de meses, donde no quise salir de mi cuarto. Fue el voluntariado y apoyar a otras personas jóvenes lo que me ayudó a seguir adelante.
“ME VISUALIZO COMO UNO DE LOS MEJORES MAESTROS DEL PAÍS”
¿Qué quiero llegar a ser? Yo aspiro a muchas cosas en la vida y sé que puedo cumplirlas si me lo propongo y lucho por ello, aspiro ser un gran bailarín, proyecto que inicié en el 2017 desde que empecé en el baile y gracias al sacrificio he logrado participar en muchos eventos importantes, incluido uno este próximo septiembre donde nos invitaron a bailar en Colombia, así que estamos viendo cómo hacemos la plata para poder ir como grupo.
También quiero ser rapero y tener un sello discográfico, tengo casi 10 años desde que escribí mi primera canción, no soy famoso, pero por lo menos algunos me conocen, me especializo en el área de poesía urbana o conciencia social. Y empresario, porque como dice Marcus Garvey, si trabajas para alguien tendrás dinero cada 15 días, si trabajas para ti mismo, tendrás dinero siempre, antes de la pandemia tenía un negocio de vendía plátanos tostados y chicharrón, pero lo tuve que cerrar.
Y líder, quiero ser un joven otras personas jóvenes busquen cuando tengan problemas, ayudar a mi pueblo y representar a la comunidad afrodescendiente hasta dejarla en lo más alto. Y ahora, desempeñándome en el ámbito laboral donde me encuentro, quien quita un puesto político en el futuro.
Todo esto para ser recordado como Jan André Solano Hurtado, una persona que luchó por los derechos de la población afrodescendiente a nivel de mi país e internacionalmente, una persona de respeto y posición ante la sociedad, un profesional y que brindó aporte cultural al crecimiento de Costa Rica.
Texto: Jan André Solano Hurtado
Fotografías de archivo personal
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