A toda voz, Soy mujer negra: Historias afrodescendientes
Conozca la historia de Laura Simmons, una persona orgullosamente afrodescendiente.
Al preguntarme quién soy, de dónde y quienes vengo, caigo en la realidad que aún no lo sé por completo. A mi corta edad, 21 años me sigo descubriendo. Pero de una cosa estoy segura y es que soy orgullosamente una joven AFRODESCENDIENTE.
Soy resultado de una relación birracial. Mi madre es una mujer negra y mi padre un hombre ajeno a nuestra cultura. Sin embargo, Mi madre Helen Simmons Wilson, en conjunto con mis abuelos Marco Simmons Casanova y Laura Elena Wilson Robinson, tomaron la difícil tarea de mi crianza. Ellos son la razón de mi ser.
Fui criada en una pequeña comunidad llamada Cahuita localizada en el Caribe Sur costarricense, cantón de Talamanca. Cahuita es una comunidad Tribal donde la mayoría de sus habitantes son personas afrodescendientes, es una comunidad que se destaca por la unidad de sus habitantes y sus hermosas playas.
Mis estudios de primaria las realicé en la pequeña escuela de mi comunidad y la secundaria en la comunidad de Bribri en un colegio técnico donde me gradué con honores y con un técnico medio en el ámbito de salud Ocupacional. Actualmente soy estudiante de Ingeniería en manejo de recursos hídricos.
Crecí en hogar amoroso de lengua criolla donde desde muy niña me enseñaron acerca de mi cultura. Cantos, bailes, poesías, personajes, gastronomía e incluso el inglés criollo (una lengua afrocaribeña), de acuerdo a la importante creencia de las personas que me criaron todas estas enseñanzas fueron con el objetivo principal de continuar con el linaje de mi cultura y que esta no se pierda en la línea del tiempo.
A lo largo de mi vida he conocido muchísimas personas que de una forma u otra han marcado mi vida. Sin embargo, hay personas que lo hicieron de manera significativa, comenzando por las personas que me formaron.
Laura Elena Wilson Robinson, mi abuela, es una mujer con una gran historia y de grandes enseñanzas. Ella es mi confidente, consejera, me demostró la importancia de conocer, amar, aceptar y compartir mi cultura.
Marco Antonio Simmons Casanova, mi abuelo, es también un hombre de grandes historias. Él pasó por una situación muy traumática pues desde muy joven fue esclavizado por su propio padre. Fue privado de muchas cosas esenciales para el desarrollo integral de un joven, así como la educación, la atención médica, la vestimenta, a la alimentación, incluso en varios mementos lo obligaban a dormir afuera con la excusa que el vecino se podría robar sus gallinas de pelea. Fue obligado a trabajar y este dinero era usado por su padre para pagar la educación de sus otros hijos. Él me comenta que su padre le decía todos los días que a él le tocaba hacer todo eso y más, porque él era el “negro de familia”.
Mi abuelo nos demostró el amor de padre que él no tuvo. También la importancia de los estudios, de tener metas y propósitos en esta vida e intentar con todo nuestro ser de llevarlas a cabo y cumplirlas, él es un gran líder y guía para nuestra familia.
Helen Simmons Wilson mi madre, ella me dio la vida, me demostró lo que era crecer en un hogar lleno de amor, de resiliencia y de lucha. Una mujer que me enseñó a trabajar duro por cumplir mis metas, me enseñó a no seguir sino a ser líder y guiar, me enseñó mucho de política en temas étnicos raciales y que mis estudios deben ser indispensables. Es una madre amorosa, luchadora, resiliente, de carácter fuerte, que cada día nos dice lo orgullosa que está de nosotros sus hijos.
“Que me recuerden como una mujer determinada, propulsora de los derechos y feminista”
Laura Hall, la persona que llamo mi mentora, ella entró a mi vida para quedarse, me enseñó gran parte de mi historia y personajes importantes de esta, ella me ha guiado, también me demostró la importancia de amar mi cultura y a no dejarme definir por nadie más. Me enseñó que soy quien soy porque YO decidí quien soy.
Cada uno de ellos marcó mi vida de forma altamente significativa con lecciones indispensables.
La mayor dificultad que he enfrentado es ser aceptada por la sociedad como una joven afrodescendiente, ya que aún se cree que todos los afrodescendientes deben tener una piel de tez oscura o “negra”.
El hecho de tener una piel de tez clara no me hace menos susceptible a vivir y sentir de forma personal las desigualdades sociales, la falta de acceso, las injusticias sociales e incluso el racismo.
Ya es difícil el hecho de ser negra viviendo en un mundo de blancos, sumando a esto ser joven en un mundo adultocentrista y ser mujer en un mundo de hombres.
Aspiro a ser una gran licenciada que utilice su carrera para facilitar y generar una mejor calidad de vida para las personas. Quiero poder crear un cambio de conciencias sociales y erradicar el racismo y la violencia basada en género.
Espero el día en que el racismo y la violencia no cobren mas vidas inocentes.
Aspiro a ser una gran lideresa que genere cambios históricos en favor de la población afrodescendiente, anhelo poder vivir en un mundo donde cuando camine en la calle no tenga que caminar “valiente” sino libre.
Desde muy niña he vivido experiencias de la discriminación. Mi madre me cuenta que desde mi infancia muchas veces la acusaron de robo infantil pues ella es de piel negra y yo de piel “blanca”. Incluso en ocasiones hasta le echaron la policía.
Durante mi paso por la primaria sufrí de builling. Tenía compañeros afro de piel oscura que me decían cosas negativas, me dijeron muchas veces que no era normal, que una niña “blanca”, que lo más seguro era adoptada y que debía convencer a mi mamá a que me dijera la verdad. Eso me hizo incluso llegar a dudar de mi madre.
Hace un par de años participé en un concurso de oratoria, debía llevarse a cabo el discurso en inglés basado en la historia afrocaribeña. Quedé en segundo lugar en el caso de las mujeres y seto generó molestia por parte de un sector del público, a lo que una de las personas del jurado indicó: “visualmente no era una persona afrodescendiente”.
Quiero ser recordada como una joven que demostró que nunca es muy temprano o se es muy joven para luchar por el bien de su pueblo. Que me recuerden como una persona de grandes metas y sueños, luchadora, de buenos modales, una persona determinada y propulsora de los derechos humanos y del feminismo.
Y por eso hoy digo con orgullo y a toda voz: SOY UNA MUJER AFRODESCENDIENTE, SOY UNA MUJER NEGRA.
Texto: Laura Simmons
Fotografías: Angeleska Drummond
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