Huyendo de la violencia: la oportunidad de volver a iniciar
En El Salvador, a Daniel lo abordaron cuando estaba en la escuela para que vendiera drogas.
Josué Daniel Rodríguez Quijano (14 años) nació en El Salvador y migró a Costa Rica junto a su familia, debido a amenazas a él y a su papá por parte de las maras (pandillas). Gracias al programa “Aulas de Escucha”, poco a poco ha desarrollado habilidades que le han permitido adaptarse mejor a su entorno y que le dan una motivación para no abandonar los estudios.
“Me amenazaron que si no vendía marihuana me iban a dar duro, entonces me salí de la escuela”, recuerda. Fue su mamá quién decidió protegerlo y no dejarlo salir de casa, para no exponerlo a las pandillas que buscan a chicos desde muy tempranas edades. Así, perdió un año escolar.
Modelo Aulas de Escucha responde al bullying y a la exclusión educativa
En Costa Rica, la exclusión educativa de estudiantes migrantes alcanzó el 23.5%, en el 2015. Afortunadamente, Daniel retomó sus estudios y sacó el sexto grado de primaria y este año inició la secundaria en el Colegio Ricardo Fernández Guardia, en San Sebastián. Ahí, fue uno de los chicos que iniciaron en el proyecto llamado “Aulas de
Escucha”. En este espacio, Daniel recibe apoyo para su desarrollo personal y social, además soporte en la parte académica, por ejemplo, en matemáticas que es la materia que más le cuesta, pero también la que más le gusta.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Costa Rica, impulsó la institucionalización del Modelo Aulas de Escucha para la prevención del bullying y de la exclusión educativa. En el modelo trabajan en alianza el Ministerio de Educación Pública (MEP), la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) y UNICEF, articulando la asistencia técnica de la sociedad civil representada por Fundamentes, aliado estratégico con experiencia en la materia.
Este modelo tiene mucho potencial en tanto se enfoca en uno de los grupos de estudiantes más propensos a la exclusión escolar por la condición de vulnerabilidad que genera el primer año de ingreso a la secundaria (adolescentes en edades entre los 13 y 14 años). La problemática de la exclusión escolar se ilustra claramente en la Encuesta de Mujeres, Niñez y Adolescencia (EMNA) 2018, donde mientras el 95,6% de las niñas y niños en edades escolares atienden a un centro educativo, ese número se reduce a 79.7% para tercer ciclo (de sétimo a noveno grado de colegio) y solo el 48.5% en edades de asistir a los últimos años de secundaria (décimo a undécimo de colegio) lo hace. De modo que, mientras la tasa de terminación de la escuela primaria es de 98.2%, en bachillerato ese porcentaje cae a solo un 58%.
Aulas de Escucha impulsa el acercamiento, escucha y empatía a las y los adolescentes, basando la interacción en actividades pedagógicas, lúdicas y en apoyo en la parte académica para brindarles a los estudiantes herramientas que propicien su permanencia. El éxito de este modelo se confirma por el hecho de que en 2018 el 100 % de los 1.000 estudiantes participantes (20 colegios priorizados) continuaron en el sistema educativo. Los estudiantes participaron en una relación de 60 % hombres y 40 % mujeres. Entre los temas desarrollados durante las capacitaciones se incluyeron temas de resolución de conflictos, relaciones afectivas y sexualidad para la igualdad y la equidad de género. Adicionalmente, en 2018 se avanzó con la definición de la línea de base del modelo.
INICIATIVA EN COLABORACIÓN CON: Ministerio de Educación Pública, Vida Estudiantil, Aulas de Escucha, Fundamentes.