Un programa conjunto para la igualdad
El acompañamiento de las personas Cogestoras Sociales acelera la autonomía económica de las mujeres en Costa Rica
Desde las costas y las montañas hasta los cultivos de exportación y los sitios para el turismo en Buenos Aires, Puntarenas y Limón, se asoma la pluriculturalidad y multietnicidad de Costa Rica, una donde convergen personas costarricenses y migrantes, entre ellas afrodescendientes, indígenas y no indígenas.
Ahora, nace un Programa Conjunto que brindará herramientas a los y las cogestoras sociales para la protección básica de las familias y la autonomía económica de las mujeres en estos tres cantones.
Cuando Gabriela Gamboa dejó sus estudios de farmacia para estudiar trabajo social, supo que había encontrado una carrera que no sólo llevaría alimentos a su mesa: también le daría la satisfacción de trabajar para apoyar a mujeres y sus familias a salir de la pobreza.
Era el 2015. Gamboa tenía 23 años cuando entró a trabajar al Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) como cogestora. Allí, laborando para el programa Puente al Desarrollo --una iniciativa estatal que aborda la solución de la pobreza de manera integral-- conoció las limitaciones que viven día a día muchas familias en Quepos y en Fray Casiano de Chacarita, en Puntarenas, su provincia natal.
Al igual que cada una de las cogestoras del IMAS, Gabriela se identificó y se comprometió con su trabajo en una comunidad que ha sido golpeada por la pobreza y la inseguridad ciudadana.
“Hay que echarse al agua”, dice la cogestora, a quien se le nota la vocación de “trabajar por la gente”.
Cada día, y por varios meses, durante el 2016 y 2017, Gabriela ingresó a Fray Casiano en su moto de color negro, y pronto empezó a ser saludada, apreciada y buscada por las familias quienes, a través de su visita, conocieron que había una oportunidad institucional para apoyarles a superar la pobreza extrema y hacer frente a los desafíos persistentes de la desigualdad en sus comunidades.
“En mis visitas encontré jefas de hogar que no tienen trabajo, o que cuentan con uno mal pagado. La mitad de ellas vende comida o ropa para vivir. Otras limpian casas. Ese es su método de supervivencia. Gran parte de ellas tienen como recargo el cuidado de personas con discapacidad, personas adultas mayores y menores de edad. Pensar en estudiar se les hace difícil, por el exceso de responsabilidades para ganar el sustento, mientras cuidan a las personas que tienen a su cargo”, cuenta Gamboa.
Mujer esperanza
Como cogestora, su tarea es mostrar las opciones de apoyo a las familias que ofrecen 18 instituciones estatales de manera articulada. Estas instituciones cuentan con protocolos para atender a la población beneficiaria del componente Puente al Bienestar, de la Estrategia Puente al Desarrollo. Esta articulación permite construir un plan de dos años para cada familia.
Gabriela se acerca a quienes no conocen estos beneficios. Casa por casa ofrece apoyo en educación, salud, seguridad social y opciones para fortalecer la empleabilidad o empezar sus propios emprendimientos, a las familias que cumplen los requisitos para tener acceso a los programas.
A la cogestora se le ilumina el rostro cuando recuerda los casos en los que ha contribuido para hacer una diferencia en la vida de las personas: mujeres jóvenes que logran terminar la escuela, el colegio y empezar una carrera universitaria, personas adultas mayores que muestran con orgullo su certificado de capacitación.
Gabriela comparte testimonios de personas que requieren de respuestas institucionales articuladas para restablecer sus derechos humanos básicos y acceder al bienestar. Detrás del trabajo de Gabriela, se articulan programas institucionales, redes de apoyo, acuerdos de trabajo, y recursos financieros, que dan existencia a la Estrategia Puente al Desarrollo, para combatir la pobreza en el país.
Nace un Programa Conjunto
Una de las iniciativas para reducir las brechas sociales y económicas que afectan a las mujeres es el Programa Conjunto “Fortalecimiento de la Estrategia Puente al Desarrollo para romper el ciclo de la pobreza a nivel local con enfoque de género y ambiental”, implementado desde inicios del 2020.
El Programa establecerá tres laboratorios de innovación, para que mujeres beneficiarias de la Estrategia Puente al Desarrollo en los cantones de Buenos Aires, Puntarenas y Limón desarrollen iniciativas productivas diseñadas desde un enfoque de soluciones ambientalmente sostenibles que promuevan su autonomía económica con una perspectiva de género interseccional.
A través de un enfoque multisectorial y multifactor, el Programa Conjunto articula los esfuerzos institucionales de los componentes de Puente al Bienestar, Puente al Trabajo y Puente Agro de la Estrategia Puente al Desarrollo en alianza con las Naciones Unidas en Costa Rica, a través de sus agencias: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y ONU Mujeres.
Este Programa Conjunto, financiado por el Fondo para los ODS, da músculo al combate a la pobreza. De acuerdo con Margarita Fernández, directora de Fideimas, Puente al Desarrollo ya reunía dos elementos centrales que eran consistentes con el objetivo de esta cooperación: un enfoque de género en la selección de familias beneficiarias, y, un acercamiento de los programas de protección social a la población objetivo.
La iniciativa fortalecerá estos dos elementos centrales, además de las capacidades de las instituciones vinculadas a la Estrategia para identificar, desarrollar y promover la empleabilidad, los emprendimientos y la empresariedad de mujeres en los cantones de Puntarenas, Limón y Buenos Aires, alineados a los estándares y mandatos nacionales e internacionales en sostenibilidad ambiental.
“Estas mujeres son valientes, seguras, con deseos de triunfar, luchadoras, visionarias, saben lo que quieren, buscan siempre el bienestar de su familia. Las mujeres no se rinden. Ellas no esperan que les regalen nada, son capaces de comerse al mundo, con tal de sacar adelante su negocio y su familia”, dijo Fernández.
Retos de Costa Rica
Juan Luis Bermúdez, Ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social, considera que Costa Rica ha avanzado en temas de igualdad de género, pero tiene retos de cara a esas mujeres emprendedoras.
“El primer paso es poner a las mujeres en el centro, no poner a nuestras instituciones, proyectos y programas como el fin último del accionar del Estado. El segundo paso es escuchar su voz: no crear más diseños en los que estén ausentes las voces de las mujeres y sus necesidades”, dijo el Ministro.
De acuerdo con Bermúdez, Puente al Desarrollo logra conectar esfuerzos anteriores e instituciones diversas para dar una respuesta más efectiva al problema de la pobreza.
“Puente al Desarrollo es la consolidación de los aprendizajes que la institucionalidad costarricense, y su sociedad, han tenido en el abordaje del fenómeno multidimensional de la pobreza”.
En esa misma línea, Francisco Delgado, Viceministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social, dijo que Costa Rica necesita avanzar en implementar mecanismos que reduzcan las disparidades salariales en el empleo y la corresponsabilidad social de los cuidados, como las licencias de paternidad.
“Es importante reconocer que las tareas de cuidado son una responsabilidad compartida, y que esas tareas no son accesorias, sino que forman parte del sostenimiento de la sociedad y de la economía de mercado. También el país debe garantizar plenamente los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; así como introducir la perspectiva de género en la oferta programática de las instituciones sociales y laborales, que permitan el acceso al sistema de protección social”.
“Para lograr el Desarrollo Sostenible en Costa Rica necesitamos priorizar la acción con las mujeres. Este programa conjunto es la mejor demostración que tenemos la voluntad política y las capacidades nacionales y locales para enfrentar el gran reto de generar empleo de calidad, acceso a formación, servicios institucionales para lograr así una mejor calidad de vida para las mujeres del país. Naciones Unidas se compromete a acompañar a Costa Rica para que ninguna mujer se quede atrás”, destacó Allegra Baiocchi, Coordinadora Residente de la ONU en Costa Rica.
Si esto se cumple, las cogestoras como Gabriela Gamboa llegarán a las comunidades con más herramientas para construir una ruta que pinte más luz a sus sonrisas y un estilo de vida con mayor igualdad y mayores oportunidades. Las cogestoras como Gabriela y las mujeres valientes y emprendedoras, costarricenses y migrantes, ya están transformando Costa Rica para que nadie se quede atrás.
Créditos
Historia: SDG Fund Costa Rica // Fotografía: Priscilla Mora Flores / PNUD Costa Rica // Redacción: Rodolfo González Ulloa // Supervisión general: Sofía Salas Monge, Coordinadora del Programa Conjunto // Ingrid Hernández Sánchez / PNUD